En esta serie de artículos relacionados con los derivados financieros, hemos explicado intuitivamente qué son, sus usos generalizados, además, hemos hablado de los futuros y forwards, la clase de contratos más usados en el mercado mundial. Sin embargo, estos no son los únicos tipos de instrumentos, de hecho, la cantidad y diversidad de instrumentos es muy grande, no obstante, con el fin de ir entendiendo de a poco este mundo de las finanzas, explicaremos el uso de las “opciones” financieras.
Recordando…
Retomando primero el uso de los futuros (o forwards), estos instrumentos nos permitían asegurar un precio hoy, a costo cero en el presente, el precio de un bien en el futuro, por lo que cuando llegara la fecha de la transacción, ambas partes estarían obligadas a cumplir con dicho compromiso, es decir, a comprar y vender al precio fijado respectivamente, lo que implicaba que, según como haya sido el precio del producto ese día, uno de los dos resultaría con ganancias mientras que su contraparte obtendría perdidas del acuerdo. Por ejemplo, si un granjero se compromete, vía un contrato futuro, a vender 10 kilos de trigo en US$1000 en tres meses más, cuando lleguemos al día de transacción, el precio de 100 kilos de trigo podría estar por sobre los US$1000, ser igual a US$1000 o estar por debajo de ese monto; por lo que en el primer caso, el granjero habría perdido, pues estaría obligado a vender más barato de lo que le ofrecería el mercado, en el segundo caso estaría indiferente y en el tercer caso habría ganado, pues vendería su producción a un precio más alto que el que ofrece el mercado.
¿Y las opciones?
Hasta este momento solo hemos hablado de futuros y forwards, pero entonces, ¿qué tiene eso que ver con las opciones? Pues que en cierta medida, esperar si se va a tener ganancias o pérdidas hasta el final de la transacción conlleva asumir riesgos o incertidumbre, pero ¿qué pasaría si el granjero tiene la oportunidad de pagar un monto por el contrato, pero a cambio, no estar obligado de ejecutarlo? Es justamente lo hace este tipo de instrumentos, una opción es una herramienta que te permite asegurar el monto mínimo de venta o máximo de compra, sin tener que asumir posibles pérdidas al final del contrato, a cambio de eso, se paga un precio al inicio del acuerdo para trasladar toda la incertidumbre o riesgo a la contraparte. Siguiendo el ejemplo del granjero, si este acuerda una opción de venta (llamado comúnmente ‘put’), este deberá pagar un monto pactado en el momento inicial con su comprador, y en compensación, cuando pasen los tres meses, si los 10 kilos de trigo tienen un valor de mercado igual o mayor a US$1000, este no ejercerá el contrato pues no le es conveniente, por el contrario, si el valor de 10 kilos de trigo está por debajo de los US$1000, el agricultor ejercerá el contrato y se beneficiará de este.
Para resumir, la diferencia entre los futuros (forwards) y las opciones, está en que, en el primer tipo de contratos, las ganancias o pérdidas se verán reflejadas en el día de transacción, mientras que en las opciones, las perdidas o costos se asumen al inicio pero después de esto solo cabria obtener ganancias.
¿Las opciones son mejores que los futuros?
No, cada tipo de instrumento cubre necesidades distintas, es decir, dependerá de la disposición de las personas a asumir riesgos (aversión al riesgo), incertidumbre sobre el tipo de bienes que se esté transando (volatilidad), estrategia de cobertura o especulación que tengan las empresas o personas, entre otros factores. Lo que si es cierto es que las opciones financieras abren otro tipo de oportunidades para calzar correctamente los deseos de exposición al riesgo que tiene cada persona o empresa.
¿Hay muchos tipos de opciones?
Al igual que encontramos en los futuros diferencias con los forwards (ver artículo anterior), en opciones existe una variedad inmensa de instrumentos, cada vez más complejos y personalizados según la necesidad de algún sector del mercado. Un par de grupos de opciones fáciles y comunes de identificar son las opciones americanas y las opciones europeas. Las primeras pueden ejercerse en cualquier momento en el transcurso del contrato, mientras que las europeas solo se pueden ejercer al final de este; lo que implica que una opción americana es igual o más ‘cara’ que una opción europea, por el hecho de ser más flexible. En el ejemplo que venimos siguiendo, si el agricultor tuviese una opción americana, podría vender su trigo en cualquier momento desde que se firmó el contrato hasta el fin de los tres meses, mientras que si tuviera una opción europea, sólo podría vender su trigo al final del contrato. Este par de tipos no son los únicos, existen una variedad exótica de instrumentos que no entraremos a detallar.
En conclusión, las opciones son una herramienta muy útil tanto para realizar cobertura, como para entrar a especular en el mercado, y si bien no han tenido una difusión tan importante como lo han tenido los futuros y forwards, consideramos que es un instrumento que poco a poco se irá instaurando en nuestros mercados, pues permiten alcanzar otro tipo de estrategias no alcanzables antes con solo el uso de los futuros y forwards.